Las calles de Málaga acogen la serena y amistosa reflexión que El Piyayo ofrece sobre la Providencia. Este es un andaluz de pura cepa, un gitano amante de la tradición, abundante en gracia y con un espíritu que rebosa honestidad. Vive derrochando compañía entre todos los que le escuchan por la ciudad. No es un hombre que razone como El Séneca, ni sabe refranes, pero a su gracia natural se une la grandeza de espíritu que lo caracteriza. Y así el personaje conmueve por su calidad y nobleza de sentimientos, mientras que sus conversaciones, por todos los rincones de Málaga, recuerdan que hay que tener fe en la Divina Providencia, mostrando una lección práctica sobre el tema.