Luis y Aurora viven en los alrededores de Madrid, su vida es tranquila y apacible hasta que llega Antonio, su nuevo vecino. Luis sostiene que los vecinos son los clásicos pelmas que ponen la música alta, no saludan y siempre llaman en momentos inoportunos para pedir algo. Sin embargo Aurora los considera amables, serviciales y dispuestos a ayudar en lo que haga falta. Las cosas se complican cuando Aurora y Antonio entablan una amistosa relación.