Dos policías de narcóticos son asesinados mientras investigaban un almacén y la policía busca al mejor instructor de artes marciales de la ciudad para que entrene a sus detectives. Ese es Matt Logan, campeón de full contact y kárate, quien se muestra neutral hasta que su implicación en el caso se convierte en un asunto personal cuando su hijo adoptivo resulta ser la última víctima del asesino.