Stephanie Plum no está precisamente en racha. A sus 30 años acaba de salir de un divorcio, la han despedido y vive con su hámster en Trenton (Nueva Jersey). Sin blanca y desesperada, empieza a trabajar para un rastrero primo suyo, que es agente de fianzas. La urgente necesidad de conseguir dinero la lleva a encargarse de un caso muy difícil: la búsqueda de un policía local acusado de asesinato, que resulta ser el chico del que se enamoró en el instituto. La investigación acaba arrastrándola al mundo del crimen.