Sofía y Carlos llegan a un hotel en Venecia para celebrar su luna de miel. A pesar de que el viaje fue largo y agotador, están contentos y expectantes. Sofía se da un placentero baño mientras él reposa en la cama y se relaja mirando televisión. Cuando Sofía sale del baño encuentra a su esposo muerto en la cama. Inevitablemente ella tiene que esperar más de 48 horas para poder volver a su país junto con el cuerpo. Sofía sin proponérselo, comienza a recorrer Venecia intensamente. La muerte, la ausencia y el silencio, pero también el azar, la vida y su magia, la ciudad, su gente y sus calles desconocidas generan en ella un intenso deseo de sobreponerse que le hace reconsiderar su regreso a la Argentina.