Candy se despierta pensando que tiene que ir a sacar agua pero se acuerda que está en casa de los Leegan. Muy optimista se levanta y baja a la cocina pensando que tiene que ayudar en el quehacer de la casa. Los empleados la molestan diciéndole que el muchacho que le gusta estuvo en la casa más temprano. Candy les dice que no le gusta tanto. Todos ríen diciendo que serán buenos amigos. Candy se pone a limpiar la escaleras. Elisa la ve y le pregunta que si prefiere limpiar que hablar con ella. Candy le dice a Elisa que ella también debería ponerse a hacer algo. Elisa se enfurece con el sarcasmo de Candy y se va. Al rato regresa con Neil y con un gato. El gato que es igual de malvado que los Leegan empieza a ensuciar la casa. Candy se enoja y trata de pegarle con el trapo de piso. Clin también trata de darle su merecido al gato y los dos empiezan a correr por la casa tirando todos los muebles y quebrando cosas. La señora Leegan se enoja y le ordena a Candy sacar de la casa a Clin de inmediato. Candy trata de deshacerse de Clin y le pide que vuelva al hogar de Pony. Pero Clin no quiere. Finalmente Candy siente pena por Clin y le dice que se puede quedar en el establo. Elisa y Neil le preguntan a Candy si se deshizo de Clin y ella les dice que sí. Pero cuando a Candy le llega una carta del hogar de Pony, Candy va al establo a leerla con Clin y Elisa y Neil la ven y descubren que Candy todavía tiene a Clin. Neil le arrebata la carta a Candy y Candy lo persigue para quitársela. Mientras Candy corre, se le cae el prendedor del príncipe. Elisa lo junta y se lo enseña a Neil. Neil se lo quita y le empieza a decir a Candy que una huérfana no puede tener algo así. Le preguntan de dónde se lo robó. Candy les dice que es de ella y que no se lo ha robado. Neil le dice que lo va a tirar al lago. Candy llora y le pide que se lo devuelva. Finalmente Candy se le viene encima a Neil y le quita el prendedor. Candy se va corriendo y se cae. Ella empieza a llorar. Candy escucha a alguien que le dice “no llores pecosa”. Cuando Candy mira de dónde viene la voz, se encuentra con un muchacho rubio muy apuesto y muy parecido al príncipe que conoció en la colina de Pony. El muchacho le dice que se ve más linda cuand ríe que cuando llora. El muchacho desaparece y Candy se fija que la insignia que hay en el portón es la misma del prendedor. Candy cree que el chico es el príncipe que conoció en la colina de Pony. Clin se encuentra la carta de Pony y se la trae a Candy. Candy se alegra y piensa que Elisa y Neil no la van a vencer. Ella regresa a la mansión. Elisa y Neil le preguntan por qué no se fue al hogar. Candy les dice que quiere quedarse ahí. Ellos se enojan pensando que Candy es una atrevida impertinente. Candy entra a la casa y la señora Leegan la regaña diciéndole que no puede andar por ahí a su antojo. Candy se siente tranquila que Neil y Elisa no le dijeron que todavía tenía a Clin.